lunes, 31 de agosto de 2015
Relativo.
Donde cruzar la raya y poner la cerca
que encierra el dolor y las alegrías de ayer.
En un patio de cristal verde azulado,
a la orilla de un mar crispado
y bajo un cielo gris,
cubierto por la melancolía,
todo depende, todo es relativo.
No se trata de lamer viejas heridas,
descifrar signos y marcas en la piel curtida,
no hay enigma escondido entre el pellejo y la carne,
nada que falte, nada que sobre,
sólo la certeza de saber que,
todo depende, todo es relativo.
Esa es la condición mortal.
El aliento sereno, aún después de extinta la flama,
en el pétalo de flor y las alas del colibrí.
Allí descansa el estruendo del rayo,
y se hace tenue el color del sol.
Ya lo sabes, todo depende, todo es relativo.
De dónde vienes? A dónde vas?
Puede ser el principio o el final del camino.
Allí en donde estuve, allá en donde estaré.
Todo depende, todo es relativo.
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